Amados
congéneres del Sol:
Os llamamos así por que eso es lo que sois:
Rayos de luz viviente emanados de una Fuente Paradisíaca Solar. El resto…, lo
que la mayoría cree “ser”, es tan solo “la cáscara” material, perecedera, que
recubre vuestra ESENCIA más íntima, que es solar, universal.
Formáis
parte del Gran Almacén Universal de la VIDA. Sois Vida, vida imperecedera, en
cambio sistemático y continua transformación. Un aspecto de la Vida es inmóvil,
es un VACÍO precioso y eterno, intraducible en el lenguaje de las palabras, una
región donde la mente pensante no puede llegar, pero sí el corazón místico… En
un aspecto profundo, la Vida es ese Silencio sacro, infinito e imperecedero; y
en su otra faceta, su “otra cara”, la Vida es cambio constante, permanente;
mutación continua: EVOLUCIÓN.
Ambos
aspectos son inseparables. El místico, algunas veces llega al Vacío sagrado,
religioso, y descorriendo ‘el Velo’ de lo transitorio con su corazón, la única
manera de descorrer el Velo…, tiene una vivencia de la Gran Unidad Infinita,
del Amor imperecedero de la VIDA. Pero ningún místico ha permanecido para
siempre en su experiencia mística; todos, siempre, han ‘retornado’ al mundo de
la vida material, llena de cambios; por que el Sol a veces “flashea” a las
almas para dar una señal…, pero luego deja que vuelvan al mundo, mostrando de
esta manera, una y otra vez, la naturaleza dual de la vida; dos facetas o
aspectos de Una Gran Vida.
El Plan de cambios y más cambios a los que
se enfrenta la Humanidad en estos tiempos, deben ser abordados con conciencia
anclada en el aspecto VACÍO de la Vida, es decir, en el aspecto eterno.
Este
aspecto es la esencia del ser humano. Es decir, ese Vacío sagrado y precioso,
ese Amor, es en esencia el ser real de todos los hombres, de todas las cosas,
visibles e invisibles…
Hablamos
así para llevar paz y calma a las almas; porque “los cambios” serán constantes,
continuos, y muchas veces traumáticos en la humanidad de superficie, pero no
para quienes hayan anclado sus corazones y sentir, su intuición, e el aspecto
más profundo de la Vida, en la Paz santa del AHORA, que es eternidad. Anclad
allí vuestro saber, y ser…
Ese
es nuestro consejo, de los Ancianos de los Días.
Luz es lo que sois.
Amor sin barreras ni límites.
Sol en vuestras almas:
LIBERTAD!
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